Recordar versus memorizar
POR Adela Miñana
24/10/2022

Inspírate, crea, sueña
Andrés tiene diez años y en el colegio le han dicho que no entiende cuando lee. Ha llegado a casa preocupado y se lo ha dicho a sus padres.
Es verdad que su madre ha notado que lee precipitadamente, sin entender lo que pone en el libro. ¿Qué le sucederá a mi hijo?- se pregunta.
Como Andrés, hay muchos niños y niñas que cuando llegan a tener textos largos y necesitan estudiarlos, se aburren porque no entienden lo que pone y acaban los padres estudiando por y con ellos. Todo esto sucede por varios motivos:
El proceso de lectura empieza a los siete años que es cuando los niños están preparados para leer con cierta rapidez y comprensión. Durante los siete primeros años el proceso de preparación es muy importante y para ello necesitan conocer:
- La preparación neurológica para la lectura implica un proceso lento y sofisticado. En primer lugar en la parte occipital del cerebro, el sistema visual es el primero que genera interés para empezar el proceso. En segundo lugar la llamada “caja de palabras” es la transición para descodificar las palabras hasta llegar al proceso lector que puede entrar por dos vias:
– la primera es la indirecta que es la fonológica, las palabras nuevas que no conocemos.
– La segunda es la léxica, palabras que utilizamos constantemente o que ya conocemos.
Aprendemos a leer por la fonológica, para pasar al léxico.
El método Montessori a través de una estructura bien definida y con material adecuado para las edades correspondientes, va preparando el terreno antes de escribir en una hoja de papel.
Cuando el proceso se precipita en los primeros años de escolaridad, muchos niños generan frustraciones, viendo que no reconocen algunas palabras y la lectura les resulta aburrida. Esto se va incrementando en los años sucesivos, cuando los libros tiene párrafos más largos y los contenidos se hacen más complicados.
Cuando sucede esto, muchas veces es porque la creatividad y la curiosidad se ha frenado en seco, por querer adelantar un proceso que corresponde a la edad de primaria.
En los primeros años, se necesita potenciar la etapa de la lectura a través de letras e imágenes atractivas, contándoles historias y cuentos que despierten cada vez más su curiosidad.
Adelantando el proceso no significa que el niño irá mejor, por el mismo motivo un niño de cinco años que lee no significa tampoco, que va a ser mejor que otro que lee a los siete años.
En esta etapa que va de los tres a los seis años hay aptitudes naturales para adquirir cultura con facilidad, lo lógico es que aprovechemos estas aptitudes…
Maria Montessori
Educar para un nuevo mundo
El interés viene determinado por la motivación y por la curiosidad, cuando transmitimos conocimientos a los niños y adolescentes, el modo cómo lo hacemos, es fundamental.
Como dice Irene Puig y creadora de IREF, vio la necesidad de crear una red de profesionales de la educación, formados en filosofía, siguiendo los pasos de Matthew Lipman, que con su método pudo hacer pensar a muchos niños y niñas desde muy pequeños tanto desde la música, el arte, como desde los textos.
Ahora su legado se extiende por todo el mundo con el método de filosofía para niños.
Cuando nuestros hijos o alumnos están cansados de estudiar, muchas veces les decimos que su trabajo es ese y que lo deben hacer. Nos tendríamos que poner en su lugar.
Si fuéramos al trabajo y no estuviéramos a gusto y nos dijeran, es lo que hay y no necesitas quejarte, la sensación que tendríamos seria de desasosiego y no sólo eso, sino que generaríamos depresión y otros problemas.
Si pensamos más profundamente, nosotros como adultos aún tenemos herramientas para podernos adaptar más fácilmente a ello, pero los niños y adolescentes no saben cómo hacerlo.
Hace ya unos años tuve la suerte de formarme en Aprendizaje basado en el Pensamiento, que sustituye la enseñanza basada en la memoria, por otra basada en el pensamiento activo. Este proyecto y metodología creada por Robert Swartz junto con Sandra Parks, me ayudó a implementar en el aula una educación diferente desde el punto de vista del pensamiento.
Consiste en aprender a leer los textos desde la comprensión más profunda y para ello se utilizan unas preguntas poderosas y unos organigramas. De esta manera en el niño se generan canales neuronales más amplios, más potentes cuya finalidad es entender los textos que lee y no memorizar.
Para ello puedes conocer cómo puedo ayudar a tu hijo si pides una sesión de valoración gratuita.
También incorporo ESTUDIAR CON SENTIDO, un programa que se basa en el aliento, las fortalezas y el razonamiento conjuntamente con la gestión del tiempo, creado por Ana Couto.
Puedes pedir más información en mi web.
Con estos tips, entenderás mejor el pensamiento de los niños o adolescentes y cómo necesitan gestionar la comprensión de los contenidos.
1. La curiosidad es innata y si un niño o adolescente no le gusta estudiar, no significa que no le guste saber de ciertos contenidos. Ahí es donde necesita empezar para llegar a aquello que le aburre, seguramente verá importancia y significancia si empieza de una manera motivadora para él o ella.
2.Según Howard Gardner todos tenemos ocho inteligencias: la naturalista, lingüística, lógico-matemática, interpersonal, intrapersonal, espacial, corporal-cinestésica, musical. No significa que cada una vaya por su cuenta, como sabemos el cerebro está integrado, pero si que dependiendo del niño, puede ser que tenga alguna más desarrollada que otra, y esto hará de trampolín para descubrir aquello que le cuesta aprender.
Por desgracia no están contempladas en el sistema educativo y se habla sólo de inteligencia en contenidos y conocimientos, un niño puede ser muy hábil en gimnasia y a partir de ahí puede aprender conceptos matemáticos muy diversos desde su propia motivación.
3. Experimentar con los mapas mentales a partir de los seis años es beneficioso, porque los niños aún no tienen una estructura en la organización de contenidos y poner las ideas alrededor del tema principal es muy atractivo y motivador para ellos. También pueden poner las ideas alrededor del tema principal en el sentido de las agujas del reloj.
4. Leer frases cortas e ir entendiendo lo que pone sin precipitarse y sin querer acabar pronto.
5. Buscar lecturas atractivas que tengan una letra fácil de leer y los párrafos que no sean muy largos sobre todo en edades tempranas.
6. Sobre todo seleccionar un buen libro de texto adaptado a la edad del niño y no querer acumular conocimientos innecesarios ya que durante toda la primaria o secundaria los niños van a ir repitiendo los mismos contenidos pero cada vez más ampliados.
La cantidad no es tan importante como la calidad de metodologías que utilices y para ello es necesario conocer diferentes perspectivas para ayudarte en el proceso de aprendizaje de tu hijo o alumno.
En este video te explico más del programa ESTUDIAR CON SENTIDO